lunes, 8 de septiembre de 2008

REGRESANDO DEL TRABAJO

Cuando llego a casa me espera el silencio, la tranquilidad de mi espacio favorito, en donde después de cenar algunas veces, que no siempre, me instalo. Me dispongo a actualizar mi antivirus y controladores, para mantener mi equipo lo más actual posible. Algunas veces me acompaña mi esposa, la cual aprovecha a escuchar su programa de radio, que no pasan de manera local y pasa de 10pm hasta la media noche.

Hay muchas cosas sobre las que me gustaría escribir, y voy a ir poco a poco, para poder darle forma a este espacio. En la cotidianidad de la práctica médica siempre hay dias mejores que otros, experiencias y aprendizajes que continuan todo el tiempo, ya que la práctica médica es la mayoria de las veces gratificante, algunas veces ingrata, y eso fa formando la personalidad de los médicos.
A todos nos ha tocado conocer un médico que nos da confianza y seguridad desde que lo vemos y nos atiende con esmero y con verdadero profesionalismo y empatía. Y también nos ha tocado lidiar con esos entes de bata blanca que te miran de reojo, como con cierto desprecio a tu ignorancia, y hasta a veces a tu apariencia, que más que resolver tus dudas te deja igual o peor que antes, y que parece frustrado y que su trabajo es algo tedioso y pesado.

Los primeros menciondos suelen ser más jóvenes, recien graduados todavía con esos sueños e ideales que nos hacen a la gran mayoría a abrazar esta noble profesión, la mayoria de veces los segundos son aquellos con más años de trabajo y que esperan ansiosos la jubilación o complir 20 años de servicio para disfruutar sus TRES PERIODOS DE VACACIONES por año (caso del IMSS), y son estos a los que la ingratitud de los pacientes ha hecho insensibles, duros y a veces actuan a la defensiva...

Y si, siempre he escuchado que cuando todo sale bien en el proceso de atención a un paciente es DIOS el resposable, pero cuando algo falla, es EL DOCTOR el único culpable. Es entonces cuando el Médico se siente un simple instrumento y pone un muro emocional entre la atención a su paciente y él, esto lo protege emocionalmente y es parte de la ética médica, sobre todo en psiquiatria.

No siempre debe ser asi, la empatia siempre nos hará hacer lo que debemos hacer, lo que haríamos si fuera nuestra madre, nuestro hijo ese paciente, es decir, no siempre seguir el protocolo a rajatabla, y hacerle caso a la intuición, ya que la medicina es también un arte, además de ciencia, que nos permitirá invariablemente mejorar al paciente en su ánimo y ese aspecto emocional es también importante en la salud de nuestros pacientes.

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